La piedra Rosseta es un monolito de 112x75x28 cm y 760 kg de peso, descubierta en 1799 por el soldado Pierre-François Bouchard durante las campañas de Napoleón a Egipto y actualmente expuesta en el Museo Británico de Londres.
Se caracteriza por sus textos escritos en tres sistemas de escritura antiguos, gracias a los que se pudieron traducir algunos jeroglíficos egipcios. Contiene un mismo texto escrito, primero, en jeroglíficos egipcios, a continuación, en escritura demótica egipcia (forma simplificada de los jeroglíficos usada en textos legales y comerciales) y en griego antiguo.
La comparación de las tres escrituras significó el inicio del entendimiento moderno de los jeroglíficos.
Por todo ello, nos encontramos ante un símbolo para traductores y lingüistas.
Descifrando la Piedra Rosseta
El trabajo y los conocimientos de Jean-François Champollion, historiador, lingüista y egiptólogo francés, fueron clave en la comprensión de los textos de la piedra Rosseta. Así todo, se necesitaron largos estudios y se tuvieron que superar no pocas dificultades para encontrar correlaciones entre ellos.
- La traducción del griego antiguo fue medianamente sencilla; los lingüistas disponían de buenos conocimientos de esa lengua gracias a los textos conservados de esa época.
- El demótico era una escritura poco conocida y recientemente descubierta gracias a los hallazgos egipcios. Guardaba ciertas relaciones con el copto y derivaba directamente de la lengua hablada en la última etapa del antiguo Egipto.
- Contrastando los símbolos de los cartuchos con los nombres griegos y símbolos fonéticos demóticos, se pudieron comenzar a identificar caracteres en el texto jeroglífico, la parte más compleja de la piedra.
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